Volvía cantando del trabajo a casa y le cruzó un recuerdo por la vista. De aquel otro verano fuera de casa, en otro idioma, bien querido aunque no siempre tan bien correspondido. De aquel otro verano extranjero y cercano en que también se le escapaban las canciones de los labios mirando dentro y fuera como el tercer hermano de Silvio.
Así parece que a Ela le crecen canciones si no hay quien le hable en su idioma. Al revés que a los pájaros, le da cuerda el silencio.
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