No estás
y contigo se me ha ido el punto de apoyo
más blando, amable y delicado.
Las tortitas con miel de los domingos
y la sonrisa fértil y creciente en la cara de una amiga.
Te has ido
y no hay nadie que reinvente las tres naranjas
mientras vivo.
Ni que me hable del gato sin rabo cuando
intento pellizcar la masa.
Ni que me de una lección de morir viviendo.
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