Le recorre de noche un cosquilleo
desde la axila, un temblor azul
por las costillas, que baja caramelizando
por las piernas.
Crujiente y frágil dice Rosa
que el dolor del brazo le llega al corazón.
A ella el del corazón a la mano.
Se levanta con plomo en el estómago,
baja de prisa, con la mente
entre el enfado y la nada.
Algunos dicen que los Lirios mecen su cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario