18 febrero 2011

El guardián entre el centeno

Estoy leyendo el guardián entre el centeno. Es la lectura que tenemos para lo de artilugios. Al principio no me gustaba nada, leí como dos capítulos y me parecía que el protagonista estaba loco, que iba a matar a alguien y lo colgarían por eso. Además me resultaba muy desagradable la redacción, toda llena de repeticiones "y esas cosas" y tacos, palabras feas y cosas así.
Hay muy poco amor en el protagonista, o mucho amor reprimido y mucha furia.

Me dijeron que igual me sentía muy identificada y por eso me gustaba tan poco el protagonista, si te digo la verdad he tenido que terminarme el libro para aprenderme su nombre. (Y mira que el del guarro de los granos me lo aprendí en una página Ackley criatura). Joder es que al principio no lo soportaba, haciendo todo el rato como que le da igual, que es muy duro... Sin mojarse nunca pero tomando detalle de todo, un perfecto estúpido más pringao que todas las cosas, que casi siempre tiene una razón profunda para sentirse triste.

Y para decir de sí mismo que escribe bien, el tío piensa a saltos y no para de decir tacos. Además es un pardillo.


Quizás si que me parezco a él, pero sin que me echen del instituto, ni emborracharme por ahí sola ni nada de eso, no se si me explico. Me parezco en plan de que puedo ponerme y escribir como él piensa sin dificultad. A rajar de la gente sin ton ni son y sentirme totalmente sola y triste. Como si nadie pudiera remediar lo que me pasa, como si fuera una estupidez increíble sólo pensar en ello.

No me gusta mucho este lápiz por ejemplo (ahora es cuando el hecho de copiar a internet lo que he escrito en una libreta no tiene puto sentido, pero que remedio) pues eso no me gusta el lápiz, pero es que hace frío y el boli no escribe, hace frío porque es febrero y estoy en la calle. Me gusta escribir mientras camino.
Joder, y se me encogen las tripas cuando estoy como hoy.

Como que me falta estar en vena, que también soy cobarde y que estoy viviendo así un poco de puntillas.

Y mira que luego la gente superficial me da un asco horrible. Pero no puedo soportar un discurso mental así largo porque me deprimo. Joder, como el protagonista este.

Estoy deseando que llegue la parte esa en que pasea entre el centeno y estoy deseando que pasee con Jane, la que dejaba todas las damas en la parte de atrás del tablero.

No sé si es porque creo que así hay esperanzas para mí también o porque soy una romántica o las dos cosas.
Vaya un culo.

Me encanta esa expresión, vaya un culo, es como cuando los granaínos dicen vaya pollas pero menos agresivo y más gracioso. Más como una burla.

Pues eso, vaya un culo. Pensé que estaba por encima de esas sensaciones ya.

Se vé que no.

Tengo 25 años y los sentimientos pánfilos de un preadolescente. Creo que eso es lo que menos me gusta del libro. No haber crecido nunca.

Darme cuenta de mis intentos de tipa dura, pensando en dramones increíbles cuando sólo me he roto una uña.


A mí también me comió el cerebro el cine joder, aunque no se me había ocurrido odiarlo por eso.

8 comentarios:

Insinet dijo...

Era uno de los libros favoritos de mi padre pero yo no lo he leído... habrá que echarle un vistazo :D.

Ana Guerrero Rojo dijo...

Te entiendo perfectamente... Cuando viví en Cordoba, me lo leí en el trayecto de idas y venidas en tren por lo que comenta Sam: porque era uno de los libros favoritos de mi padre. La decepción fue mayor: no me dijo nada y para colmo me dejó una sensación regulera.
Hace poco murió el autor del libro, y supongo que en parte, nos parece así porque creo que se realizó para una época y generación específica y quizas (solo quizas) no haya llevado tan bien el paso de los años.
Aun así lo que seguro que note deja es indiferente.
un saludo!!

Anónimo dijo...

Es curioso que algunos de los que nos lo hemos leido luego hemos sentido la necesidad de poner nuestros pensamientos por escrito.Así de manera rápida como con ganas de desahogarnos.
A mí me deprimió un poco pero me enganchó desde el minuto uno.
Por eso creo que es diferente a muchas cosas que he leido antes y eso que..
bueno mejor en el club de lectura!
besos!
kaila

Iris dijo...

Pues sí, indiferente no me ha dejado, y creo que es la forma de narrar intercalando hechos con discurso mental que te lleva a un estado un poco entre soporífero y reflexivo que escuece bastante.
¡No sé si podré ir al club kaila!!
:(

Ana Guerrero Rojo dijo...

Pero Ecnil, creo que eso es el estilo de la epoca... :S
Demian de Herman Hesse le ocurre igual, muchos dialogos internos... jejeje
Pero ¿Ves? el libro da para hablar
Saludos!

Iris dijo...

Pues no lo había pensado Ana. La verdad es que mi formación literaria está hecha un poco a salto de mata.
¡Gracias por el aporte!

FSM dijo...

A mi me dejó exactamente con la misma sensación "agriagria" que a tí. Le reconocí plasmar en un personaje inexplicable un estado que conocemos pero que afortunadamente en nosotros no es permanente. Pensé que ese estado, para personas con otras actitudes vitales, podía ser desconocido y está ahí muy bien descrito. Personas que por otro lados no leerán probablemente ese libro....

PD. Solo tienes 25 años!???

bufff!!! (no comments)el tiempo, esa cosa tremenda....

Iris dijo...

Pues sí, afortunadamente no dura mucho el ofuscamiento mental ese.

Es curioso el tiempo sí, aunque las diferencias son constantes no siempre lo parecen. :)

¡En pocos meses paso a veros!!