29 septiembre 2012

29S


No dejes nunca de confiar en las personas
No dejes nunca de desconfiar de las instituciones
Jorge Riechmann



Engroso una lista de excel con ropita de bebe,
y pienso...
que después de todo lo que me han dejado las titas
estaría mejor cambiar los bodys de pluto que compré el jueves
de la talla 0 a la de 3 o 4 meses.

Llamo a mi madre para ver
cómo es mejor lavar esa ropa tan pequeña que parece de mentira
y me la imagino tendida al sol de allí
aladas promesas, casi todas rosas.

Luego miro afuera,
no es Madrid, no es siquiera España
y casualmente ahora no llueve.

Con la ensoñación de los peleles y los bodys blancos
se me mezclan los vídeos de Miguel Ángel Quintero
arrastrado y esposado,
del tío del bar, que no dejó pasar a la policía
del asalto a la estación de Atocha
estuviera quien estuviese dentro.

Tengo en la mesa unos calcetines con un gatito
más cortos que un meñique
y en la pantalla un vacío muy grande
un desasosiego oscuro que no sabe donde asirse
una náusea triste que recoge las porras de los indefensos.

Busco entonces palabras con que explicárselo
a mi barriga que se mueve.

Me acuerdo,
           otra vez
                    de Riechmann.


1 comentario:

Anónimo dijo...
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